Exp.: “El espejo de hércules” de J.C. Robles. Profesor de BB.AA. Málaga. Inauguración 23/03/18. 20:00. Alcultura, contenedores rojos, dársena del saladillo. Algeciras. Cadiz.

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Intervalo entre la construcción y las ruinas Amparo Lozano

Tanto en árabe como en francés, troit (estrecho) combina la estrechez (étroitesse, dayq) con la miseria (détresse, mutadayeq)

Yto Barrada

En una entrevista entre Imre Szeman y Ursula Biemann a propósito de los proyectos de la artista Black Sea Files (Archivos del Mar Negro) y Contained Movility (Movilidad contenida), Szeman comienza planteando una disyuntiva acerca del concepto de globalización. Como primera opción -enfrentada a la segunda- expone si por tal podemos entender “un sistema nervioso repartido, con concentraciones de ganglios dispersas geográficamente (Silicon Valley, Silicon Alley, Londres, Nueva York, Tokio, Shanghai, Bangalore), pero sin ningún cerebro central que autorice el movimiento de los impulsos eléctricos, que se despliegan en una serie cada vez más diversa de ubicaciones y espacios”. O bien, si por globalización deberíamos entender un sistema nervioso formado por líneas reales, físicas … a lo que añade: “La movilidad, para los pocos afortunados que la disfrutan, se consigue al precio de la inmovilidad impuesta a muchos otros, que se ven obligados a cruzar ilegalmente fronteras por las circunstancias económicas y políticas o a los que regímenes militares u ordenamientos legales retienen con mano firme en sus lugares de origen para que sirvan de mano de obra barata o como proveedores de órganos, drogas y servicios sexuales”.

Al respecto, afirma, rotundamente, que esta segunda globalización es la verdadera.  Y añade que llevarla al campo de la representación exige un tipo concreto de energías artísticas.

En mi opinión, “la representación” de este proyecto, montado primero en la Galería Isabel Hurley (Málaga), con la propuesta Crossing Lines. Under Construction, y que que Juan Carlos Robles replantea para su presentación en ALCULTURA (Algeciras), bajo el enunciado El Espejo de Hércules. Espacios para un deseo de encuentro, parte -sí- de “un tipo concreto de energías artísticas”, en la consideración de que consigue ampliar y enriquecer visualmente las narraciones que utilizamos para dar sentido a la complejidad de la vida contemporánea. Su planteamiento es una manera de trascender las críticas tradicionales contra lo que podemos denominar como “la andanada capitalista y sus tentáculos” y –también- sobre los modelos establecidos sobre la idea de turismo. Robles recontextualiza ambas cuestiones, reconsiderando los parámetros oficiales en los que se inscriben, con la clara intencionalidad de ofrecer nuevas consideraciones visuales y conceptuales, a la vez que mantiene su deseo de que se pueda construir un punto de encuentro real entre las dos partes divididas por el mar Mediterráneo (idea extrapolable a cualquier situación del injusto y dañino concepto actual sobre la idea de frontera, en todos los casos definida por “los poderes”).

Las lenguas, al igual que las identidades –que quisiéramos fueran híbridas e interculturales- están abocadas a un constante cambio. Estas tienen, también, sus fronteras, sus márgenes, una línea que se convierte en objeto de deseo de transgresión.

El movimiento, el viaje -forzado, querido, real o metafórico- lanza a las personas a cruzar esas líneas fronterizas, si bien, en ocasiones, son estas quienes son atravesadas por ellas. Quizás la construcción del Palacio de las Artes y de la Cultura de Tánger sea una imagen del viaje como paradigma de nuestro tiempo. En mi opinión, uno de los aspectos de interés del proyecto de Robles reside, como he comentado, en cómo articula las representaciones generadas por todo este cúmulo de situaciones cambiantes, reflejo de la percepción (y del deseo) de lo distinto, tanto a nivel individual como cultural, económico, religioso… Así como el punto de análisis de todo ello bajo el murmullo del turismo como falso símbolo de avanzar en la buena línea hacia el futuro.

De algún modo, este proyecto artístico me hace pensar en lo poco que sabemos sobre el mundo en nuestro presente. Cuando lo vi, pensé en otros de distintos artistas. Cito solo dos. El primero: On Translation: Miedo/Jauf (Antoni Muntadas). Tal como puede leerse en el archivo OVNI]: “Es un proyecto sobre la experiencia y la interpretación del miedo y sus complejidades a los dos lados del Estrecho (…) Dos realidades diversas y divididas no solo por un mar sino por vallas fronterizas y límites en ambos lados”. Sin detenernos en un análisis más pormenorizado, sí creo oportuno trasladar aquí la opinión de Byung-Chul Han: “El miedo tiene etiologías muy diversas.  Lo que suscita el miedo es, en primer lugar, lo extraño, lo siniestro e inhóspito, lo desconocido. El miedo presupone la negatividad de lo completamente distinto”.

El segundo: Solid Sea – case 04: (M)RE-Tourism, del colectivo Multiplicity. En este trabajo analizan uno de los cambios territoriales resultantes del fenómeno MRE (Marocains Résidents à l’Étranger) que afecta a la zona costera de Marruecos, en la que, en los últimos años, se han aplicado modelos de uso del territorio relacionados con el turismo de masas, las inversiones inmobiliarias y el aprovechamiento inmobiliario.

Desde la idea de que los MRE no son del todo europeos en Europa, ni del todo marroquíes en Marruecos, escriben: “Las columnas de automóviles reconocibles en las carreteras españolas por los voluminosos bultos en el portaequipajes son la imagen más evidente –y folflórica- de un fenómeno mucho más complejo que comprende la trasmutación de modelos sociales, económicos y culturales. Una corriente que, al atravesar el Mediterráneo en el orden distinto al flujo migratorio (de salida) está activando importantes transformaciones en la condición social y espacial de una parte de Marruecos e introduciendo nuevos modelos en los sistemas financieros y de inversiones, en los tipos de construcción y en los procesos de urbanización”. El Espejo de Hércules. Escenarios para un deseo de encuentro / Crossing Lines. Under Construction por más que –como representación artística- podamos considerarlo como una producción simbólica, plantea una obra de arte que muestra una condición humana contemporánea (Adam), además de poner el enfoque en el fenómeno, asimismo contemporáneo, de “la turistificación”.

También me parece muy importante la opinión de la artista Yto Barrada, nacida en Tánger: “Aunque se haya desmoronado, el sueño colonial nos ha dejado un inicuo régimen de gestión y percepción de la movilidad entre el norte y el sur del Mediterráneo. En este gollete de estrangulamiento llamado Estrecho de Gibraltar, ahora, el derecho de visita es unilateral (…) Este territorio de intervalo tiene la asombrosa particularidad de estar marcado por la coincidencia entre un espacio físico, un espacio simbólico y, finalmente, un espacio íntimo”.

Así mismo señala que las ciudades marroquíes están modeladas por las migraciones urbanas, pero también por y para el turismo; dos movimientos de masas que enlazan directamente con la mundialización / globalización.

En esta línea discursiva, el proyecto de Juan Carlos Robles se centra en la actual edificación del Palacio de las Artes y de la Cultura de Tánger como infraestructura de futuro y cuestiona qué parte se olvida o se borra de la historia de esta ciudad. Ciudad que, como muchas otras, está inmersa en el proceso de ser considerada como el producto de una relación compleja entre sus formas físicas y el conjunto de fuerzas que atraviesan su vida interior. Tánger, como -a día de hoy- todas las ciudades (oigamos el muy interesante testimonio de Adam sobre su ciudad, Melilla, y su participación en diversos conflictos bélicos en las dos últimas décadas en otras varias ciudades), no dejan de ser claro reflejo de procesos históricos, políticos, económicos, geoestratégicos y culturales en los que, desde la integración o la marginalidad, desde los símbolos e imaginarios deben luchar contra el problema de la diferencia, contra la asignación de “yo” y “el otro”; si bien Byung-Chul considera que los tiempos en los que existía el otro han pasado y que la proliferación de lo igual es lo que, haciéndose pasar por crecimiento, constituye hoy esas alteraciones patológicas del cuerpo social.